Aclareo y ramificación del bonsai


Ramificación del bonsái
Cuando la estructura primaria está definida y se tiene más o menos logrado el diseño y forma de la copa de nuestro bonsai, es el momento de empezar a densificar la cantidad de ramas existentes y para ello hay que avanzar progresivamente para lograr el resultado en el menor tiempo posible sin afectar la salud de la planta.
Es el momento entonces de podas y pinzados para lograr afinar la ramificación y que éstas nuevas ramas sean resultado de brotes que aparecen sobre ramas de años anteriores, lo que llamamos brotar para atrás o brotar de madera vieja.
En la primavera, la planta manda un primer caudal de energía para abrir las yemas, gastando reservas para desarrollar muchas hojas que fortalezcan la planta después de la parada invernal. Dejando crecer libremente ese primer despertar hasta fines de la primavera cuando casi todas las hojas están maduras y se encuentran elaborando nutrientes para empezar a hacer engordar el tronco y las ramas, tendremos a la planta rebosante de fuerza y energía. Si en ese momento hacemos una poda algo más fuerte que un pinzado, lo que llamamos un aclareo, no drástica pero abriendo el follaje lo suficiente para que la luz y el aire fresco ingresen a la copa de la planta, la planta sentirá esa falta de paneles solares que son las hojas y reaccionará con toda la fuerza emitiendo tantas ramas como pueda y activará esas yemas latentes que están durmiendo sobre la corteza de ramas de años anteriores, densificando la copa. Estas yemas harán ramas cuyos nudos estarán más cerca entre ellos, evitando el estiramiento de las ramas y prometiendo una ramificación más densa para la temporada que viene.

Si dejemos crecer y desarrollar las ramas de este segundo golpe de energía, tendremos en invierno la visión de una mayor cantidad de brotes maduros que deberemos seleccionar, alambrar, posicionar y pinzar para ordenar y aprovechar esta ramificación con vistas a la nueva primavera que se acerca.

Si en la primavera siguiente podamos justo cuando la planta está despertando, habrá algunos brotes de madera vieja, pero la respuesta no será tan enérgica ya que parte de lo que se almacenó durante la temporada de verde se usó para fortalecer las raíces. En cambio si la poda de ramificación la hacemos a fines de primavera la planta no engrosará tanto sus ramas, pero podremos tener una mejor ramificación fina que además tendrá impacto sobre las hojas, cuyo número al multiplicarse disminuirá su tamaño.

Parte del resultado estará dado por el tipo de sustrato que en ésta etapa de ramificación fina debe ser de una granulometría tal que promueva la formación de raíces finas. Esto se logra usando sustratos que además de ser necesariamente drenantes deben tener un grano fino, para evitar que grandes espacios entre las partículas permitan el engrosamiento de las raíces.
El abonado también debe ser acorde ya que si utilizamos un producto que aporte mucho nitrógeno se formarán entrenudos más largos, cosa contraria a lo que se busca en esta etapa del desarrollo de nuestro bonsai. Por ello será preferible en esta etapa la aplicación de productos equilibrados, de liberación lenta y bajos en nitrógeno.

Este tipo de trabajos requiere que el árbol esté sano y fuerte, por eso la importancia de un buen régimen de fertilizado durante toda la temporada anterior y una buena ubicación, para que el sol sea el suficiente y la planta no haga esfuerzos buscando más luz estirando las ramas y agrandando las hojas.


Vía facebook.com

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