Bonsai pino silvestre - Pinus sylvestris



Pinus Sylvestris (Pino Rojo, Albar o Silvestre) es un árbol muy común que llega a alcanzar los 30 metros de altura. Se extiende por toda la península Ibérica desde el nivel del mar hasta los 1000 metros en la cara norte de la Cordillera Cantábrica y de 800 hasta los 2400 en Sierra Nevada. Actualmente ocupa más nichos ecológicos debido a la tala de Encinas, Robles y Hayas siendo substituidos con repoblaciones del mismo. Es quizá el pino con más aprovechamiento forestal. Su porte es elegante y alcanza más altura que sus primos ibéricos. La corteza es rugosa y al desprenderse adquiere el tronco un bonito tono anaranjado-rojizo. Sus aciculas son cortas y finas haciéndolo especialmente apto por ello para el cultivo como Bonsai y también por su adaptación a la mayoría de los climas de la península.

Recuperación y transplante
Como en la mayoría de los pinos son las operaciones mas delicadas. La recuperación debe hacerse al final del invierno, obteniendo el cepellón compacto, es decir evitando que se desmorone. Una vez en casa lo sembraremos colocando buen sustrato, akadama y pómice, por debajo y alrrededor. Sujetaremos bien el árbol a la maceta.
Al año siguiente, si ha mostrado un crecimiento mas o menos normal, procederemos a eliminar la totalidad del sustrato con manguera a presión, procurando no romper ninguna raíz y sembraremos con akadama y pómice al 50 %. Añadiremos una pastilla de ectomicorrizas troceada entre las raíces. La maceta puede ser la misma u otra un poco mas pequeña, siempre que no haya que cortar raíces.
La mejor época para realizar esta operación es cuando se aprecian las velas comenzando a hincharse.



El pino silvestre tiende a brotar con mucha fuerza y por muchas yemas, lo que causa un engrosamiento de las ramas excesivo. Los trabajos a lo largo del año van dirigidos a la obtención de una ramificación abundante y fina mas propia de un bonsái.
Dado la particularidad de esta especie explico paso a paso las labores a realizar en cada época del año para este sistema de trabajo, que no es el único, es el que me a mi me funciona. Ten en cuenta que la fechas pueden cambiar ligeramente dependiendo de la climatología local.
Febrero – Marzo, comienzan a hincharse las yemas:
Es el momento del trasplante:
Cada tres o cuatro años con pómice y akadama. 
En árboles ya establecidos, cortar 1/3 de raíces.


Marzo - Abril, se alargan las yemas:
Cuando comienzan a hinchar aparecen multitud de yemas nuevas que es necesario aclarar. Cuando se alargan, en aquellas demasiado largas, eliminamos la punta para frenar su crecimiento en longitud.
En esta época vigilaremos que no se claven los alambres, y en especial los mas finos. Caso de que se esté clavando alguno podemos recolocarlo o eliminarlo si el brote se queda en su sitio.
Mayo, se abren las agujas nuevas en las velas. Pinzado
Cuando se abren del todo las nuevas acículas, acortar las velas para equilibrar el vigor en todo el árbol con tijeras de pinzar. La manera que obraremos es diferente según el estado de formación del árbol. En árboles que se han trasplantado de primer año, no se pinza. En árboles en fases iniciales se acortan solo un poco, equilibrando el vigor, es decir se acortan un poco mas en las zonas fuertes y menos en las débiles. A medida que la formación del árbol avanza, pinzaremos mas corto para ir reduciendo los entrenudos progresivamente, hasta pinzar hasta 4 ó 5 pares de agujas.
Desde que las agujas miden unos 2 cm. ya podemos pinzar, observa como, al cortar con tijeras, queda un corte en diagonal.
Nota: Si tenemos mucha diferencia de vigor de la parte baja y el ápice podemos pinzar la parte inferior y 15 dias despues el ápice dejando las velas algo mas cortas. De esta manera la brotación débil toma algo de ventaja respecto a la zona superior equilibrando el vigor.



Junio, maduran las nuevas agujas:
Es decir las acículas tornan verde oscuro y no se desprenden fácilmente. Es el momento de eliminar las acículas del año anterior con  tijeras, cortando a unos 2 mm. Algunas nuevas yemas ya se aprecian en la base de los brotes, eliminar aquellas que no nos sirvan, es decir, las que salen hacia abajo, en las axilas, cuando hay dos juntas etc. Aprovechando este "defoliado" eliminaremos acículas de la base de los brotes mas fuertes, estas se pueden retirar con la mano ya que salen mas fácilmente. Con esta actuación equilibramos nuevamente el vigor.
Es el momento de quitar definitivamente todos los alambres.
(Limpieza de las agujas viejas y nuevo equilibrado)
Septiembre, todas las yemas del año próximo son ya visibles:
Eliminamos con pinzas o tijeras de pinzar aquellas yemas que no sirvan o donde haya demasiadas dejando nuevamente las mas débiles en las zonas fuertes y las mas fuertes en las zonas débiles. Dejar solo dos yemas en cada punta ya que de lo contrario engrosará en exceso.
Octubre – Noviembre, comienza el otoño:
Es el momento de alambrar y formar nuestros pinos, posteriormente les daremos un tratamiento fungicida con sulfato de cobre.
RIEGO:
Según parece, el pino silvestre no se cultiva bien con aguas muy duras. Si vives en una zona de agua de mala calidad será necesario que instales un filtro de ósmosis si quieres que tu pino crezca saludablemente.
Por lo demás el riego no presenta complicaciones ya que admite riego frecuente o espaciado dejando secar ligeramente el sustrato.

ABONADO:
En formación, comenzaremos a abonar cuando crezcan las velas (Marzo – Abril) hasta otoño cada quince dias, durante invierno una vez al mes. En árboles formados, con objeto de reducir el tamaño de las acículas, abonaremos a mitad de dosis desde primavera hasta septiembre y a dosis normal hasta fin de otoño. Tambien se puede usar un abono bajo en nitrógeno hasta septiembre con el mismo objeto.
ENFERMEDADES:
En ambientes húmedos son propensos a la aparición de hongos en hojas. Para prevenir usaremos fosethil-AL, fungicida sistémico, una vez al menos una vez al año a finales de otoño añadido en el riego o esparciendo una cucharada sopera en la superficie de la maceta.
(Brote con ataque fúngico típico del pino)
Usar en primavera un insecticida sistémico como el dimetoato, para prevenir pequeños insectos mordedores o chupadores aunque son poco habituales.

Autor: Carlos Lagunas. Visto en bonsaialgaida.com

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